No hace falta que digas mucho,
sólo mírame,
tienes los ojos más limpios que he visto...
Mirada sincera que no miente,
aunque no te sientas obligado a decir todo.
Palabras sin pronunciar,
pero no por eso ocultas ni falsas,
sólo calladas en este momento,
quizás pronunciadas pronto.
Pero, si no quieres, no hables...
aprendo a entender silencios, a leer miradas,
a escuchar con los ojos,
a saber...